Un diario de agradecimientos

Me han recomendado llevar un diario de agradecimientos. Según los médicos, dar las gracias conlleva tantos beneficios que no se me ocurre nada mejor, la verdad. Si agradezco tendré más energía mental y física, mejorará la calidad de mi sueño, cómo asimilo el alimento y ahuyentaré la ansiedad y la depresión. En todo ello tiene que ver que cuando agradecemos se estimula el hipotálamo, que controla esas funciones. Así pues, con una base científica bajo el brazo, estoy convencidísima de las bondades de llevar un diario de agradecimientos.
Mi diario empieza hoy, y solo por hoy, lo compartiré con vosotros.
Gracias (universo, Dios, Mahoma, Buda…) porque hoy me desperté de nuevo junto a un hombre maravilloso que me hizo sonreír antes siquiera de abrir los ojos.
Gracias también por el rato que pasamos en la playa con nuestra perrita Cala. Verla disfrutar rebozándose como una croqueta en la arena y jugando con las olas, me hizo reír y sentirme feliz. Además, la sensación del sol en la cara calentándome fue deliciosa.
Gracias porque hoy sentí el amor de mi hijo cuando me abrazó al llegar a casa. El abrazo se mantuvo durante varios segundos maravillosos, en los que sentí su fortaleza, su juventud.
Gracias porque la paella me salió riquísima y todos disfrutamos en la comida.
Gracias porque mi cuñado Diego está mejorando de su enfermedad, ¡al fin!
Y gracias porque hoy vi a mi madre y está feliz porque al fin la operan de cataratas y recuperará la visión.
Gracias por poder dar las gracias hoy, y también mañana. Quiero hacerlo muchos días y que las palabras nunca me falten.
Un abrazo.